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En un pueblo como San Mateo, en el extrarradio norte de Zaragoza capital, casi nadie quiere o se atreve a hablar de corrupción. Unos, porque apoyan a la secta socialista. Otros porque se benefician de esa secta. Y otros, por simple cobardía. Pero el gran problema de San Mateo no es que existan abundantes supuestas irregularidades y ciertos personajes verdaderamente impresentables. Para esa mayoría cómplice y cobarde de este pueblo, el problema es que alguien lo cuente.
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04/09/2021 16:39:29
Mike Sala
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